Entre tantos trabajos, deadlines, correcciones, y entregas, los freelances apenas tienen tiempo para las necesidades básicas como comer y dormir... y para que hablar de ducharse. Luego de días de trabajo intenso, los olores empiezan a notarse, y es en estos momentos cuando el mundo agradece el encierro de estos seres que poco o nada ven el Sol. La ducha, más que una obligación para empleado, es un lujo diario que puede darse.
¿y TÚ, qué prefieres?
(idea enviada por Camilo Mendoza)